7. ¿Final feliz? creo que no...
Aquel
lugar era siniestro, era como un bosque profundo en el que si entrabas no
podías volver a salir, estábamos rodeados de oscuridad, vegetación y silencio,
mucho silencio.
Yo iba
apartando las ramas con mi espada. Vi alguna serpiente por el suelo pero la
deje ir.
Sabía
que nos observaban, lo notaba. Sabía que no tardarían en venir a por nosotros.
Los
elfos oscuros eran criaturas siniestras, siempre estaban al acecho; eran
criaturas nacidas para matar y es a lo que se dedicaban.
Yo
miraba todo el rato hacia atrás, para comprobar que Grown y Kayla seguían ahí.
-Kayla,
creo que ya eres oficialmente una autentica guerrera…-dijo Grown a Kayla
-No es
para tanto-dijo ella con una leve risita
-Pero
si has derrotado tu sola a un dragón-dijo él
-Que
va, si no he hecho nada-dijo ella
-Silencio-dije
yo parándome de golpe mientras miraba a las copas de los árboles.
-No
estarás cel…-Grown no pudo acabar la frase por que le tape la boca con mi mano.
Luego
le solté y él desenfundo un arma, los dos empezamos a mirar a nuestro alrededor
y a los árboles. Estábamos tan pendientes de encontrar a los que nos espiaban
que no nos dimos cuenta que Kayla ya no estaba.
Cuando
nos giramos y no la vimos los dos nos asustamos, empezamos a mirar por la zona,
entre los árboles y arbustos, pero nada.
-Mierda,
la hemos perdido-dije yo mientras me sentaba en una roca.
-Animo
amigo, la encontraremos-dijo Grown mientras ponía una mano sobre mi hombro.
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Fui
abriendo mis ojos, me dolía la cabeza, como si tuviera resaca. Mire a mí
alrededor, apenas distinguía las cosas, estaba todo demasiado oscuro, poco a
poco mis ojos se adaptaron y fui distinguiendo figuras oscuras y casas.
Aquellas criaturas me miraban con odio, parecían querer matarme todos ellos.
Sus ojos eran pálidos o grises, sus cabelleras blancas o plateadas destacaban
sobre el resto de su cuerpo. Su piel oscura como el carbón les daba un toque
tétrico.
Me
llamo la atención los niños, sus rostros no mostraban una sonrisa sino una
mirada sin piedad, como si hubieran nacido para
matar.
Todas
aquellas criaturas llevaban armas, desde el más pequeño hasta el más mayor,
ninguno iba sin un arma.
Todo
aquello me empezó a asustar. Me di cuenta que yo no era la que andaba alguien
me llevaba sobre su hombro, era una de esas criaturas.
Empecé
a golpear su espalda con mis puños.
-¡Suéltame
animal!-grité mientras le golpeaba-¡suéltame!
Él se
paró y me bajo al suelo. Le observe durante unos minutos, era de piel oscura,
pelo blanco y ojos grises. El me observo también.
-Más
te vale que te estés quieta-dijo mirándome fijamente
Luego
me agarro del brazo y me empujó hacia adelante.
-Camina-dijo
con un tono frio.
Yo
observe que sus orejas eran como las de un elfo.
-Son
elfos oscuros-susurre.
-Pues
claro que somos elfos oscuros-dijo el con sarcasmo
Me
llevo hasta una oscura y gran casa, como todas las de aquella ciudad.
Todo
aquello me daba ganas de llorar, de ponerme a temblar como una niña asustada,
pero esas criaturas no se andaban con bobadas tenía que parecer fuerte si no
posiblemente mi cabeza acabaría rodando por el suelo.
Me
llevaron al salón de aquella gran casa si ya el resto de la casa me parecía enorme
el salón aún más, era casi igual que mi casa entera. “¿Para qué tanto sitio?”
Una
elfa oscura entro en la sala, con aires de superioridad, iba bien armada,
miraba con indiferencia a todos, los hombres hacían pequeñas reverencias.
Ella
le dijo algo en otra lengua al hombre que me sujetaba, seguidamente la mujer
agarro mi rostro con fuerza y me observo, yo en un acto reflejo di un manotazo
a su oscura mano y deje mi rostro libre, todos en la sala parecieron alterarse
con mi reacción, el elfo de al lado mío me agarro las manos fuertemente la
mujer me miro y me soltó un manotazo en la cara que de no ser porque estaba
agarrada hubiera salido despedida hacia el suelo.
La
mujer dio una última orden y se alejó, yo fui conducida por pasillos y
escaleras hasta llegar a un sótano.
-Deshazte
de la ropa y de tus armas, humana orgullosa-yo mire al elfo atónita, no me iba
a desnudar delante de él.
-La
orgullosa no soy yo, es esa mujer repelente, y no me voy a desnudar frente a
una criatura que casi acaba con mis manos.-él sin pensarlo dos veces saco una
daga directa a mi cuello.
-Venga,
estas tardando-me dijo el
-Sé
que no lo harás, ella me quiere viva, si no ya me hubierais matado.-el me miró atónito,
se acercó a mi cambiando su rostro por una sonrisa maliciosa
-Ella
no me ha dicho que no pueda causarte otras lesiones, soy libre de torturarte-yo
trague saliva e hice lo que me dijo, me mando ponerme otras ropas más finas,
donde no se podía esconder nada.
Tras todo eso me encerró en un pequeño lugar donde
no había más que un banco y algunas cajas, me acurruque en un rincón y desee
que Rowland y Grown estuvieran cerca.